Caído del Cielo
Felipe Meneses
Orellana, Selva Amazónica
El proyecto Loon se creó con la finalidad de brindar el servicio de internet a zonas rurales. Esta idea se empezó a materializar en el año 2011 donde una red de globos que volaban en la estratosfera, al doble de la altura del vuelo de aviones creando un red inalámbrica a través de poderosas antenas. Los Globos se mantenían a esa altura y tenían cierto movimiento manejado por un sistema de inteligencia artificial. El proyecto estuvo dirigido por google y posteriormente en el 2018 empezó una transición a X (Elon Musk) aunque lo manejaron de forma conjunta hasta su clausura en enero de 2021.
En Septiembre del 2018, uno de estos globos satelitales empezó a fallar, este estaba sobre tierras desérticas en algún lugar del Perú, donde se experimentaba la posibilidad de traer internet a zonas rurales de ese país. Google tomó la decisión de bajarlo de la estratosfera para entender la causa de la falla y evitar de ser posible en modelos satelitales posteriores.
Durante Septiembre existe mucho viento del sur ya que la corriente de Humboldt predomina su influencia en esa época del año, empujando masas de aire frío hacia el equador. Mientras el globo descendía, un fuerte viento empezó a llevar al globo hacia el norte, cruzando el espacio aéreo de Ecuador. Google tomó contacto con el estado ecuatoriano advirtiendo la presencia de este aparato en el cielo ecuatoriano. Ecuador, que en aquel momento era presidido por Rafael Correa, había negado la existencia de pueblos no contactados en su región con la finalidad de extender la frontera petrolera en su supuesto territorio; sin embargo, advirtió a Google que de ninguna manera tal aparato volador que Google quería recuperar para su análisis, debía llegar al territorio del Yasuní y en especial al de los pueblos no contactados. Sin más opción, el Satélite de Project Loon chocó con la cordillera de los Andes en las faldas del Volcán Sumaco dentro del Parque Nacional Sumaco Napo Galeras.
¿Cómo iba Google a rescatar su satélite de la mitad de ningún sitio? Coincidentemente alguien del proyecto Loon en Brasil conocía a un ecuatoriano y le comento del suceso. Casi de broma le preguntó: ¿David, no conoces a alguien que nos pueda echar una mano en esto? A lo que David respondió: Mis hermanos tienen una operadora de turismo de aventura, seguro conocen a alguien que pueda ayudar a la extracción del satélite.
“Sr. Meneses tiene una llamada en el Front Desk del Hotel” dijo la amable señorita de la recepción del Hotel Angermeyer Waterfront Inn en Puerto Ayora.
Yo: -¿Aló?
Marcelo: -¿Por qué no contestas tu móvil?
Yo: Estaba sin señal, estoy en la nada
Marcelo: -Google perdió un satélite que cayó en las faldas del volcán Sumaco, ¿Quisieras hacerte cargo de recuperar este aparato? ¿Sino a quien más le digo?
Yo: ¡¡De una!! Pero déjame terminar un viaje en Galápagos, puedo salir en 4 días que voy a estar de vuelta en Quito. ¡Avísale a Tomas Espinosa que se una!
Marcelo: -Tomas está en una expedición autoabastecida en el Yasuní sale en 2 días…
Yo: ¡Perfecto! Le queda de regreso de la expedición… envíame toda la información y la ubicación…
Y así fue como nos “cargamos el muerto” de ir a rescatar un globo satelital caído del cielo en medio de la nada. Como hicimos: Tengo un primo que puede ayudarnos, seguramente él tendría información de caminos, sendas y todo lo correspondiente al tema.
Yo: Hola Pablito, necesito un favor, Necesito ir a rescatar un satélite del Sumaco en las coordenadas 18M 230833E 9944657N, ¿No tendrás tracks o información de carreteras, camino de verano , mula o de a píe en esa zona?
Pablo Meneses: ¡De una! Déjame ver que tengo y te envío.
Cuando Tomás salió del Yasuní, tuvo señal en la ciudad del Coca, confirmó con Marcelo su participación en la extracción del artefacto. No solo eso sino que exploró la zona del Río Payamino haciendo averiguaciones a los locales de que tan navegable era el río. De ser posible, la navegación por agua facilita mucho la extracción del globo.
El día Domingo pude ver las cartas topográficas y juntar la información valiosísima que me facilitó Pablo con respecto a la zona. Todo parecía indicar que había una vía que se acercaba lo suficiente como para hacer un intento a pie, caminar 4 km de espesa selva, extraer el aparato y pelado el pollo.
El 1 de octubre de 2018, el plan estaba trazado, intentaremos primero llegar por tierra y quizá sacar la bestia remando por las aguas del Río Bigal hasta San José de Payamino de ser posible, o sino: Plan B, tocaría sacarlo por el mismo lugar de acceso.
Nos llevó mi tío Marcelo que le pareció el mejor plan participar en la locura de sacar el satélite de la selva. Google había pedido perfil bajo, cero divulgación y secretismo. ¡Parecía una operación secreta! No creo que confiaban en nosotros, y nos dieron 4 días para hacer el trabajo, bajo la advertencia de que si en 4 días no hay resultados, no hay recompensa. Seguramente pensaron: ¿A qué iban 2 guías de turismo de aventura, para poder sacar el aparato del inhóspito lugar? Además habían pedido antes la ayuda del ejército ecuatoriano, donde el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), se negó a participar, al enterarse de que dicho aparato no era tripulado y no había civiles que rescatar, simplemente no era un asunto del gobierno. Éramos su única carta. Pero ellos no sabían que tanto Tomás, el cavernario y yo disfrutamos inmensamente de ir a ver si nos perdemos en cualquier monte en cualquier condición y época del año.
Cuando nos dijeron que el aparato tenía un globo y un paracaídas, supimos que el trabajo iba a ser de altura, que el aparato iba a estar enredado en el dosel de los árboles. Tomás se dedica a la poda de árboles de altura en la temporada baja de guianza, es experto en trepa troncos y además es el único ser que tiene una catapulta de ¡2 metros y medio! Yo a mi favor contaba con la experiencia de haber sido el encargado de montar los retos del TV Show Survivor en la Amazonia, donde había que armar telarañas, trampas humanas, sistemas de cuerdas en la selva y demás. Aparte, contábamos con el equipo adecuado, la tecnología y la información adecuada, estábamos muy motivados por ver los tesoros naturales de tan prístino lugar.
Al intentar llegar al punto de inicio de la caminata nos llevamos la sorpresa de que se terminó la vía. Entonces ya no eran 4 km de caminata en selva, se convertirían en 8-9km solo de ida hasta el Globo, así que nos pusimos en marcha enseguida. Tuvimos contacto visual a las 1.200 horas. Pero no solo eso. Habíamos llegado a una reserva biológica privada, donde los trabajadores habían visto el globo aun inflado y alertaron a las autoridades locales pensando que se trataba de un avión caído, ya había llegado la policía, los bomberos y el ejército y de todos ellos a verlo desde lejos, y solo un trabajador de la estación, un guardaparque y un bombero habían partido a ver qué era lo que había caído del cielo.Los demás no quisieron entrar. El Bombero, nos contaron, casi se muere de cansancio, pues el incauto fue en mocasín.
Nosotros pudimos decirles, para qué servía el satélite y lo que venimos a hacer. Aplicamos el Plan B, cuando nos enteramos que el Río Bigal tiene rápidos y cuevas. Tuvimos que conseguir 8 porteadores para extraer el aparato. En la estación tuvimos nuestro primer aliado: el hombre quien ya había llegado al lugar estaba presto a participar.; nos faltaban 7 cargadores, regresamos a pie donde el carro se había quedado enterrado.
Hicimos base en una casita donde en el camino era aun carrozable, Rodrigo y su esposa nos permitieron acampar ahí, además cuidarán del Tío Marcelo. Ellos tenían un negocio familiar de caña de azúcar, además vendían bloques de panela. Tras convencer a Rodrigo que se una a la extracción, (lo cual tomó unas 4 horas), fuimos en la noche con él y su hermano (también parte del equipo) a buscar 5 valientes de entre sus amistades en el caserío de “La Progreso”. Fue difícil conseguir la gente, pero finalmente lo logramos. Convocamos a todos a la casa de Rodrigo a las 4AM para darles de desayunar. Preparamos comida para el camino y nos anticipamos a una cena en el monte.
2 de Octubre 2018, íbamos a salir a golpe 5AM pero a las 4:30, nos cae un Guardaparque del Parque Nacional Sumaco. Nos vino a detener aduciendo que los locales iban a cazar los animales y que conocerán nuevos caminos y se convertirían en extractivistas y que de ninguna manera podríamos ir.
Con el don de la persuasión y la palabra, Fabián, el guardaparque, nos permitía pasar, si es que pedíamos permiso al parque mediante un oficio en el Pueblo de Loreto, misión que encomendamos al tío Marcelo y así partimos a las 6AM. (Tomás y yo sin desayuno) el tiempo era nuestro enemigo, así que le metimos pata y sudor entiéndase TURBO .Llegó un punto donde los locales se adelantaron mientras nosotros veíamos monos, flores, hongos, sapos, y pronto la selva empezó a temblar, se aproximaba el sonido de una manada de saínos. Tomas sacó el machete y planeó su defensa. Yo dije: ¡son muchos! Mejor escoge qué árbol trepas! Pero tuvimos suerte y ¡se fueron! Vadeamos las aguas del Río a 400m de altura y tocaba trepar otros 400m más para llegar al lugar donde irónicamente, el globo enviaba su ubicación vía satélite. Llegamos a las 9 AM al lugar para constatar que había un error de 300m en la ubicación del mismo, y si no levantabas la vista, no te darías cuenta que estaba colgado ahí. Tomas se puso su arnés y sacó su equipo para trepar los árboles, en el suelo selvático había dos láminas de paneles solares, lo demás estaba suspendido del dosel del bosque. Tomás, le guerreo hasta mediodía, mientras los porteadores veían sentados lo inútiles que eran nuestros esfuerzos, jalamos y jalamos y probamos todas las relaciones de fuerza en polipastos no salía
No hubo almuerzo para nosotros, el globo nos iba venciendo y la lluvia le puso sazón al problema. A la 1 de la tarde trepe yo por otro árbol, puede desenganchar el globo del satélite y con cuidado lo rapelamos al suelo 25 metros más abajo. Tomas se encargó de desensamblar el satélite de la mejor manera: “Este es el manual para desarmar, pero mejor partamos a golpes el aparato” y así fue como llenamos las 8 maletas de carga que trajimos de Quito.
Mientras tanto en el dosel del árbol, el gigantesco globo seguía enredado, con mi machete en forma de hoz rompía lo que podía y entonces apareció Fabián el guardaparque, que nos causó demora, vino de su cuenta a dar una mano, había recibido cierto entrenamiento en arborismo, debido al muestreo científico que se realizaba en el parque, entre los 2 bajamos el resto del globo hasta las 6PM. Precavidamente habíamos dejado comida para el regreso en lugares estratégicos. Íbamos rodando las bolas del material que fue parte del globo como escarabajos peloteros, eran 2 de tamaño humano, no pudimos subirlas cuesta arriba y estas se quedaron a buen recaudo a la orilla del río, cuando nos dio las 8 PM.
Nos perdimos unas 10 veces en una selva sin camino, sapos, ranas, culebras de las más bonitas y agradables iban y venían. Garmin fue determinante para regresar. En esa selva no te salvaba GAIA, ni aplicaciones de teléfono con antenas imprecisas. A las 11PM coronamos la loma para llegar a la estación biológica, milagrosamente nos tenían preparada una cena con carne, arroz y coca cola. A la 1 AM estábamos en la base, exhaustos con maletas llenas de satélite y cuerdas empapadas.
A la mañana siguiente, el tío Marcelo contó que se volvió a quedar enterrado y no pudo obtener el permiso del Parque Nacional Sumaco. Tras el desayuno, abrimos el manual para sacar los chips con los códigos de vuelo y funcionamiento. Finalmente la información estaba segura.
Salí con el Tío Marcelo a Loreto a pedir perdón y permiso a las oficinas del parque. Utilice la máquina del tiempo cambiando la fecha del oficio y elogiando la cooperación y ayuda del parque nacional en la extracción del Satélite y el cuidado al medio ambiente.
Fabián, fue clave para la extracción del Globo, Las partes restantes del globo llegaron a la base /casa de Rodrigo y ni bien hubo señal de teléfono, los militares empezaron a hacer averiguaciones. Sabiamente les dije: No hay cámaras en el satélite (ellos muy preocupados de los no contactados) y que el Globo iba a estar a buen recaudo en tal dirección en Quito, que vayan a verlo ahí. Lo mantuve apagado hasta el siguiente día.
4 octubre 2018, Google expandió una cuenta de DRIVE de cómo 500GB para que les adjuntamos los archivos con los códigos de vuelo (por suerte no tuvimos que quedarnos a ver como se subían los archivos). Luego, hubo que destruir la tarjeta SD con la información clasificada y entregar los restos del aparato a los técnicos. Como recuerdo, tengo un paracaídas y una batería (Samsung) de tecnología espacial que se demora 24 horas en cargar y es una bestia para la luz de mi Bici.
Próximamente con el Team de 4 Regiones, haremos el primer descenso del Rio Bigal a través de la hermosa selva y sus rápidos desconocidos hasta San José de Payamino ¿Quién se apunta?